Era la primera vez que sus manos se rozaban.
Volteándose ligeramente se lo quedó mirando con cara de incredulidad mientras él, con las manos y vocalizando ligeramente le pedía perdón por haberse estampado contra ella.
Él siguió su camino, ella se lo quedó mirando con una sonrisa y sin darse cuenta, ante las suplicas, sus ojos rogantes y una comisura alzada en sonrisa, ya se había pillado.
Pensó que todo era un sueño, y cerró los ojos sin intención de despertarse. Alargar ese momento, hasta que todo se volviese en un recuerdo.
Escrito el 21 de mayo de 2019.
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