Ahogándome respirando, buscando bocanadas de aire que no llenan los pulmones.
La desesperación, la apatía y yo nos hemos convertido en viejas amigas que se reencuentran entre los edredones de un fin de semana nublado. El día recuerda volver a una pandemia que me dejó desolada y las piezas que por fin se empezaron a unir, penden de un hilo burlón que tienta volver a deshilacharse con las palabras que cada día se vuelven más vacías.
Palabras que por primera vez redacto después de dos años vacíos, pero llenos de momentos fugaces, de felicidad.
Ayuda, supongo.
Escrito el 28 de noviembre de 2023
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